miércoles, 5 de octubre de 2011


Reír es correr el riesgo de parecer tonto.
Llorar es correr el riesgo a parecer sentimental.
Abrirse a los demás es correr el riesgo a involucrarse.
Expresar los sentimientos es correr el riesgo de ser rechazado.
Hablar de nuestros sueños frente a la multitud es correr el riesgo al ridículo.
Amar es correr el riesgo a no ser amado.
Enfrentar, cara a cara, fuerzas abrumadoras, es correr el riesgo al fracaso.
Pero los riesgos se deben correr, porque el riesgo más grande en la vida, es no arriesgar nada...!
La persona que no arriesga nada no tiene nada, no hace nada, no es nada.
Puede evitarse sufrimientos y miedos, pero... no puede aprender, sentir, cambiar, crecer o amar.
Solamente la persona que arriesga es LIBRE.
(Autor Anónimo)